La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado hoy nuevas directrices que recomiendan el uso inyectable de lenacapavir, dos veces al año, como profilaxis previa a la exposición frente al VIH. Las normas se presentaron en la 13.ª Conferencia IAS 2025 en Kigali, Ruanda.
Este fármaco de acción prolongada es la primera terapia preventiva semestral autorizada, ofreciendo una alternativa eficaz a las pastillas diarias. La inyección cada seis meses facilita la adherencia en personas con dificultades para un régimen diario.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, subrayó que “aunque aún no existe vacuna, el lenacapavir previene la infección en casi todas las personas de riesgo” y celebró su aprobación por la FDA como un gran avance.
«At this meeting, the WHO is proud to release our new guidelines on the first injectable prophylaxis, #lenacapavir PrEP, along with injectable antiretrovirals for treatment. »
▶️ Watch the full remarks by @DrTedros (@WHO), at the #IAS2025 opening session.https://t.co/NVQKIQJswm
— IAS – the International AIDS Society (@iasociety) July 14, 2025
Las directrices llegan en un momento crítico: en 2024 se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones por VIH, afectando principalmente a grupos clave como hombres que tienen sexo con hombres, personas transgénero y usuarios de drogas inyectables.
La OMS recomienda simplificar las pruebas rápidas de detección del VIH para facilitar el acceso a profilaxis inyectable, reduciendo costes y evitando barreras logísticas que limitan la dispensación en farmacias y servicios de telesalud.
El lenacapavir se sumará a otras opciones, como cabotegravir inyectable, pastillas orales y anillo vaginal de dapivirina, ampliando el abanico preventivo y adaptándose a distintas necesidades y circunstancias.
Además, la OMS incluye ahora recomendaciones de tratamiento inyectable para adultos supresos víricamente con cabotegravir o rilpivirina, y refuerza la integración de servicios de VIH con atención a enfermedades crónicas y salud mental.
Estas directrices instan a gobiernos y donantes a incorporar sin demora el lenacapavir en programas nacionales, recogiendo datos de uso real y asegurando equidad, para avanzar decididamente hacia el fin de la epidemia de sida.