París, Francia. – La noche del 22 de septiembre de 2025 entró en los libros de historia futbolística: Ousmane Dembélé fue elegido oficialmente como ganador del Balón de Oro masculino, coronándose como mejor jugador del mundo.
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— Ballon d’Or (@ballondor) September 22, 2025
Su temporada fue sobresaliente, tanto en lo colectivo como en lo personal. Con el Paris Saint-Germain alcanzó la primera Liga de Campeones de su historia, mientras sumaba otros títulos nacionales. Además, sus estadísticas lo avalan: alrededor de 35 goles y 16 asistencias en competiciones clave, demostrando regularidad.
Pero este premio no llega de la nada: la carrera de Dembélé está marcada por altibajos. Antes fue criticado por sus lesiones frecuentes, por falta de constancia, por expectativas no cumplidas en el Barcelona. Sin embargo, su traslado al PSG, su compromiso bajo la dirección de Luis Enrique y una madurez futbolística y mental crecientes han sido piezas clave para este reconocimiento.
En la gala en el Théâtre du Châtelet de París, Dembélé superó a Lamine Yamal (Barcelona) y a su compañero Vitinha (PSG). Yamal, con solo 18 años, se llevó nuevamente el Trofeo Kopa al jugador joven, mostrando que el relevo generacional también está a la vuelta de la esquina.
En su discurso, Dembélé mostró humildad y gratitud: agradeció al PSG, a Luis Enrique, al presidente del club, a sus compañeros, y también a sus antiguos clubes, especialmente al Barcelona, donde pasó siete años y afirma haber aprendido muchísimo junto a figuras como Iniesta o Messi. También mencionó a su madre y su ciudad natal, recordando que el Balón de Oro no era un objetivo, pero que “ahora que lo tengo, es algo excepcional”.
Este galardón otorga una especie de redención para Dembélé. No solo porque demuestra que puede estar al nivel de los mejores cuando está sano y concentrado, sino porque valida el enorme potencial que siempre se le reconoció, pese a los obstáculos. También plantea expectativas altas: mantener esta cumbre será lo verdaderamente difícil. ¿Puede sostener esta versión en las competiciones venideras, tanto en club como con Francia?
El Balón de Oro 2025 deja varias ideas claras: el fútbol premia el equilibrio entre talento y constancia; que los equipos con ambición continental como el PSG, y entrenadores que exijan compromiso, pueden transformar trayectorias; y que los jóvenes como Yamal ya están pisando fuerte, pero aún les falta algo de este pedigree para alzarse con el premio mayor. Dembélé, con 28 años, entra ahora en una nueva fase: la de demostrar que su mejor momento no fue un pico aislado, sino un piso sobre el cual seguir construyendo.
